150 años de historia de la motocicleta
Nos encontramos en un momento de cambio importante dentro del sector del motor en general. Las normativas de los diferentes países han ido modificando poco a poco tanto diseños como materiales. La evolución y el desarrollo han llevado a la aparición de vehículos cada vez más potentes y rápidos, pero también mucho más seguros y la electrónica ha cambiado el panorama para siempre, mientras los motores eléctricos van cobrando protagonismo.
Lo habremos comentado más de una vez, pero no por ello nos vamos a cansar de repetirlo. El sector de la moto es uno de los mejores para la adaptación de los motores eléctricos, sólo deben trabajar en el peso de las baterías y en los tiempos de carga, principales handicaps que afectan a su competitividad sobre dos ruedas. Es el futuro hacia el que se dirige el sector de la automoción en general aunque a muchos no les guste. La llegada de los motores eléctricos es un suceso similar al de la electrónica; a nadie le gusta, todo el mundo se queja y tilda de ‘electrodomésticos’ a las motos actuales, pero nadie está dispuesto a perder prestaciones de las ‘electrónicas’.
Aprilia RSV4. Una moto ‘electrónica’ del Siglo XXI
Prestaciones y funcionamiento en general, pues la tan vapuleada electrónica no sólo ha traído sistemas de seguridad y control de la moto que casi convierte en piloto a cualquiera, sino que han permitido sistemas de gestión que garanticen una suavidad de funcionamiento destacada, consumos ajustados y conjuntos tremendamente competentes, agradables y eficaces. De hecho, la electrónica no sólo afecta al funcionamiento de la moto, afecta desde el minuto uno de su gestación.
Sus consecuencias en la evolución, de la ‘pelea’ entre los fabricantes y de los desarrollos que se van llevando a cabo en competición, donde solo importa ser el más rápido y todo vale si el reglamento lo permite. ¿Pero que esperamos después de 150 años? Lo extraño es que después de siglo y medio de existencia, todavía sigan usando ruedas de caucho con aire en su interior, o que sigamos empleando combustibles fósiles para el funcionamiento de los motores. Sí, combustibles extremadamente refinados, pero combustibles de origen orgánico al fin y al cabo.
Bocetos y esquemas de la moto de Daimler y Maybach
Y no, no hemos hecho mal las cuentas, son 150 años de evolución, aunque seguro que muchos de vosotros estáis pensando que la primera motocicleta de la historia data de 1885, cuando los señores Wilhelm Maybach y Gottlieb Daimler, construyeron un aparato de madera y dos ruedas de gran diámetro (con otras dos más pequeñas estabilizadoras) animado por el recién inventado motores de ‘ciclo Otto’ y por lo tanto, son poco más de 130 años. Pero os estaríais olvidando de Sylvester Howard Roper.
Sylvester Howard Roper era un inventor y diseñador estadounidense, nacido en 1823 y fallecido en 1896. Un individuo que al parecer, era bastante brillante en sus ideas y entre sus patentes puedes encontrar casi de todo, desde máquinas de coser, escaleras de incendios, hornos e incluso escopetas. Pero además, también construyó vehículos a vapor de dos, tres y cuatro ruedas aunque, y aquí está uno de los puntos importantes, nunca llegó a patentar ninguno.
Velocípedo de Sylvester Howard Roper de 1867
No sólo era inventor y diseñador, también constructor pues por aquel entonces, en pleno Siglo XVIII, la tecnología avanzaba muy lentamente y el motor a vapor, que se venía usando para diversos menesteres desde mediados de 1660, apenas estaba presente en la sociedad y era casi inexistente, lo que obligó a Sylvester a fabricar los suyos propios. Una notable hazaña casi sin precedentes, que pasaría a la historia en 1867 cuando el propio Sylvester construyó un motor a vapor (y alimentado por carbón obviamente) que montó sobre un artefacto al que se podría considerar la primera motocicleta de la historia, si se acepta que dentro del concepto de moto, se incluya un motor a vapor.
Dicho motor, construido por el mismo Roper como hemos dicho, estaba sujeto a un bastidor de hierro forjado construido también por el mismo Roper, con resortes de acero para absorber lo mejor posible los baches, con un manillar de hierro y unas ruedas de madera y llantas de acero de 34 pulgadas. Ojo con estas ‘llantas’, pues no es lo mismo que nuestras llantas actuales. SE trata de la chapa metálica que recorre todo el perímetro exterior de la rueda. El agua para la caldera del motor estaba bajo el asiento y el motor tenía dos pistones de 164 centímetros cúbicos cada uno conectados a la rueda trasera mediante un biela de manivela.
El hecho de no estar patentado y no emplear un motor de combustión interna, es motivo de que no esté considerada la primera moto y figure en los libros de historia como ‘velocípedo’. Un vehículo que siguió evolucionando con los años y que fue el causante del fallecimiento del propio Sylvester en 1896, pues sufrió un ataque al corazón probando una de sus motor a 90 km/h.
Por lo tanto, podemos decir que en 2017 se cumplen 150 años desde que la primera moto, o al menos el primer prototipo, fue construido. Y además, también se cumplen 120 años desde que Eugène y Michel Werner, fabricantes instalados en Levallois-Perret´, registraron la denominación ‘motocicleta’, pues en 1897 la moto no existía como tal, eran velocípedos y ese nombre se registró como denominación comercial mezclando, como sabéis, motor y bicicleta, ya que montaron un motor de ciclo Otto en una bicicleta.
Fuente: Mira que motos
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