Los mejores museos de motos del mundo
Coleccionar motos, o piezas artísticas según se mire, es una sana costumbre potenciada en los últimos 50 años para el deleite social, como una fórmula de negocio y, por supuesto, para preservar la historia. Museos de motos hay muchos, pero no todos de calidad. Europa, Japón y EE.UU aglutinan los mejores: ¿quieres visitarlos?
El coleccionismo es una de esas enfermedades modernas que, mezclada con una obsesión compulsiva y una especialización desmesurada por la temática elegida puede provocar una degradación progresiva disfrazada de “Síndrome de Diógenes Motorista”. ¿Y qué? ¡Nos encanta! El simple hecho de poseer colma de placer al coleccionista, pero siempre necesitas más. Lógicamente hay que poner límites y objetivos reales porque, si no, el proyecto puede terminar en bancarrota. Lo que sí queda claro es que, si tienes recursos, todo es más fácil.
En este sentido, algunas colecciones privadas de motos son mejores que las oficiales de la propia marca, museos altruistas construidos a medida para el uso y disfrute de su propietario y que, de paso, se abre al público aunque probablemente muchos de ellos no necesiten dinero para mantenerlo vivo. Por contra, algunas de esas colecciones duermen en naves de polígonos o macrogarajes con acceso restringido para amigos y unos pocos “suertudos”.
Subastas, webs específicas, empresas o compradores especialistas del sector se preocupan por reunir material con un esfuerzo que, independientemente de nuestras propias preferencias, siempre es digno de alabanza. También están los oficiales de las marcas y otros públicos apoyados por gobiernos y ayuntamientos de turno. Piezas únicas, singulares o populares, prototipos de calle, joyas de competición, memorabilia, recuerdos… todo vale si tiene criterio y buen gusto.
Enumerar los mejores museos de motos del planeta es prácticamente imposible, pues llevaría años de arduo trabajo inspeccionando todos los rincones de cada ciudad y país. Lo que sí tenemos claro son algunos enclaves fetiche que debes visitar, al menos, una vez en la vida porque no te defraudarán. La mayoría de ellos cuentan con visitas guiadas y los precios rondan los 10 € de media.
Comenzando por nuestro país, el primer referente lo encontramos en el Museo de la Moto de Barcelona. Fue inaugurado en 2011 por la Fundación Privada Museo Moto Mario Soler, promovida por la propia familia de este apasionado de las dos ruedas que se transformó en un excelente restaurador y reputado coleccionista. Actualmente gestiona una colección de 300 motos, además del Museo Moto Basella en pie desde 2002. La entrada general cuesta 9 €.
El World Champions by 99, el nuevo espacio que el piloto mallorquín Jorge Lorenzo ha inaugurado en Andorra la Vella. Incluye restaurante, bar, pub, simuladores, tienda y, por supuesto, museo. Sólo se exponen 30 artículos de su colección personal, entre los que se encuentran una Yamaha M1 de MotoGP, un casco de Ayrton Senna o los monos de Barry Sheene y Giacomo Agostini.
En zona levantina cabe destacar el Museo Ricardo Tormo, inaugurado hace dos años. El que fuera bicampeón del Mundo de 50 cc y uno de los pilotos españoles más recordados y añorados sigue vivo 16 años después de su muerte. Situado en su pueblo de adopción, Canals, recoge motos, fotos, objetos, trofeos y documentos del propio Tormo.
El próximo destino puede ser Italia. La cuna del diseño tiene muchos argumentos para enamorarnos y podemos empezar la ruta por el Museo Ducati, desde el año pasado aliado con modelos de serie con motivo de la conmemoración de sus 90 años de historia. Sobrevivir a la II Guerra Mundial, producir ininterrumpidamente bajo la dirección de siete dueños diferentes, superar todas las crisis y ser la segunda marca europea más laureada en la historia del motociclismo de competición son argumentos más que suficientes para visitar la fábrica de Borgo Panigale pagando 10 €.
Todos los “Yamahistas” tienen una cita obligada con la Collezione Moto Poggi, enclavada en Villanova di Castenaso (Bolonia). Esta colección privada abre ocasionalmente para mostrar las mejores Yamaha de competición de los últimos 50 años: si te gusta el blanco y el rojo, no lo dudes. La entrada es gratuita y para grupos de 20 hay que reservar.
Ubicado en el idílico paraje de Mandello del Lario, en la fábrica original de 1921, encontramos el Museo Moto Guzzi, de entrada gratuita. La firma del águila Moto Guzzi acaba de celebrar su 95 aniversario, una buena ocasión para visitarlo y alucinar con las más de 150 monturas expuestas, además del túnel del viento diseñado por Giulio Cesare Carcano y muchas curiosidades más.
Si lo tuyo son los scooter, no puedes dejar de visitar el Museo Piaggio. Inaugurado en marzo de 2000 en un antiguo taller de 3.000 metros cuadrados de la marca de Pontedera, el museo cuenta con los modelos más significativos de Vespa y Gilera, además de motores aeronáuticos de los años treinta, la Vespa decorada por Salvador Dalí, material de aviación, etc.
Aquellos amantes de Honda no necesitan ir al circuito japonés Twin Ring Motegi para admirar la colección de motos clásicas que allí tiene el gigante japonés. Cerca de Londres, concretamente en Suffolk, puedes visitar la David Silver Collection en la que se exponen 150 modelos del siglo pasado conttruidos por el gigante del ala dorada.
Cerca de la fábrica de Triumph en Coventry (se encuentran en pleno proceso de construcción de su museo oficial) encontramos el Museo Nacional de la Motocicleta, el más completo y numeroso museo de motocicletas británicas del mundo (170 fabricantes y modelos desde 1898). Abrió sus puertas en octubre de 1984 con una colección de 350 motocicletas (actualmente 1.000) gracias a la pasión de Roy Richards. Esta instalación también está diseñada para albergar conferencias y eventos. La entrada general cuesta 8,95 libras.
La octogenaria leyenda viva del trial Sammy Miller, piloto oficial Ariel y Bultaco de la época, inauguró en 1964 en New Milton (Hampshire) un Museo con su nombre. Tras sus paredes se encuentran algunas de las mejores motos clásicas del panorama mundial (Norton se lleva la palma), muestras de la edad de oro del motociclismo europeo, junto a piezas exclusivas y curiosas: Konig, Jawa, Brough Superior, Moto Guzzi V8 GP, etc. La entrada cuesta 7,5 libras. El terreno cuenta con área infantil, zona de comida y tienda.
¿Pensabas que Husqvarna sólo fabricaba motos? Pues casi es lo último que ha pasado por su cadena de producción, de donde ha salido armamento, cocinas, máquinas de coser, motosierras y hasta un quad que no llegó a salir a la venta. La firma sueca propiedad de KTM alberga en la ciudad de Huskvarna (Småland) el curioso Museo Husqvarna, donde se aglutina una representación de todo lo producido durante sus más de 300 años de historia.
¿Te imaginas tener tantísimo dinero como para permitirte comprar todas las motos que quieras?Si te apetece “cruzar el charco” en las afueras de Birmingham (Alabama, USA) hay un tipo que lo tiene. Se llama George Barber y desde 2003 es el dueño del museo motociclista más completo del mundo: el Barber Vintage Motorsports Museum. 900 ejemplares de 143 marcas diferentes perfectamente restauradas, algunas de ellas apiladas verticalmente hasta el techo del edificio mediante estructuras de aluminio porque… ¡falta espacio! Al lado del museo no podía faltar un circuito de velocidad de 3.7 km para probar alguna de esas bellezas de vez en cuando.
Una firma tan conocida y emblemática en el universo custom como Harley-Davidson también tiene su propio museo, inaugurado en 2008 con motivo de su centenario y emplazado en el centro urbano de Milwaukee. Los tres edificios que componen el museo cuentan con 40.000 metros cuadrados repletos de motores, fotografías, vídeos, ropa, documentos originales, tienda y, por supuesto, más de 400 motos esenciales para entender la cultura V-Twin del gigante americano.
No hay aficionado a la moto que no haya oído hablar del Honda Collection Hall. Se trata del museo oficial que la todopoderosa Honda tiene en las instalaciones de Twin Ring Motegi, en Japón y que acoge en su interior motos míticas de la marca del ala dorada… y también de sus rivales.
Fuente: Soy Motero
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